Primero lo llevaron al mercado,donde se vendío de todo.Un nativo se quedó alucinando al ver al pequeño gorila blanco rodeado de curiosos. El hombre se pasó mucho rato observando aquel prodigio. Pero se le hizo tarde y aún tuvo que comprar pescado. La factoría de pescado esta regentada por un español. El negro no pudo resistir la tentación de explicarle a este que unos compañeros suyos habían encontrado un mono blanco. Este hizo pensar al catalán que aquel animalillo debía de ser albino.
Lo comentó a sus amigos, entre ellos al doctor Jordi Saberter i Pi, que compraba animales para el parque zoológico de Barcelona. Sabater hizo un gesto de incredulidad y miró a su amigo como si sospechara que le faltaba un tornillo.Pero su sorpresa fue mayúscula cuando las palabras de su amigo fueron corroboradas por el capitán don Gregorio de Haro, jefe del aeropuerto de Bata.
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